El camino del samurái siempre está allí para quienes deciden recorrerlo.

Es el mensaje que nos dejan todos aquellos alumnos que paso por paso y a su propio ritmo, siguen avanzando en el camino de la espada. Mejorando técnicamente y creciendo espiritualmente, superándose a cada día.
En esta oportunidad les compartimos las palabras de Ulises, uno de los alumnos más antiguos de Niten Argentina, quién el pasado 10 de mayo, recibió la graduación de Shoden del estilo Niten Ichi Ryu. El makimono tradicional japonés que sostiene en sus manos, certifica que conoce las primeras doce técnicas de espada larga del estilo creado por Miyamoto Musashi Sensei, famoso samurái de la historia de Japón.


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Shitsurei shimassu,

Inicié mi carrera universitaria de Arqueología, conjuntamente con mi entrenamiento en el Instituto Niten.
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realizando una tesis de licenciatura.

A lo largo de ésta, tuve incontables desafíos tanto dentro de las aulas, como en las expediciones de investigación en zonas desérticas y remotas de nuestro país, lejos de cualquier tipo de comodidad, comunicación y a veces, hasta sin garantías de seguridad de la integridad física.

Al igual que en Niten, se aprende a transitar estos desafíos o duelos (shiai), como me gusta llamarlos, con alegría, tranquilidad de espíritu y la certeza de que al final de cada uno de ellos, se logra mejorar como persona y profesional.

Recuerdo que en la expedición realizada en las afueras de la ciudad de Vinchina, zona montañosa donde oscurece súbitamente, nos perdimos. Con la escasa luz de celulares, rodeados de cárcavas y con la posible presencia de serpientes, escorpiones e inclusive pumas, logré continuar con calma, sin temor, cansancio, sed o hambre. El objetivo era claro, mantenerse alerta y no transmitir ansiedad al resto del grupo. Tras siete horas de caminata, el objetivo fue alcanzado y es hasta el día de hoy que recuerdo esa noche con un cielo infinito, lleno de estrellas y alegría en el corazón.

El camino de la espada, en especial iaijutsu, hace que nos volvamos personas serenas y alertas de nuestros alrededores. Calmos pero impetuosos en el momento oportuno. Analistas de las situaciones para aplicar una estrategia, estar listos para tomar la oportunidad cuando se presenta, ser implacables cuando tenemos qué, enfocarnos en los detalles y pulir con esmero todas las acciones que realizamos.

El motivo por el que ingresé a Niten, fue tener un lugar para ser yo misma y como resultado, hallé un espacio guiado donde explotar mi potencial y así alcanzar mis objetivos. ¡Hoy ya tengo mi título y estoy concluyendo mi doctorado!

¡Domo arigato gozaimashita sensei por crear Niten y darme la oportunidad de superarme cada día!

Shitsurei shimassu,

Mi carrera universitaria inició en 2014. Al cabo de unos años comencé a transitar mi camino en el Instituto Niten, así es que tuve la oportunidad de nutrirla desde su comienzo. En particular, destaco los siguientes aspectos que se aprenden en los primeros meses de entrenamiento: tener el coraje para enfrentar desafíos y nunca ser vencido en el camino. 
 
Los desafíos son las distintas materias, los diferentes tipos de docentes y finales que hay que rendir. Pero, ¿cómo vencer? No hay que tener miedo, hay que ir siempre hacia adelante, pero con preparación, con estrategia.
 
Ki (el espíritu): la determinación de ir y rendir para aprobar, nunca "voy a ver qué pasa".
Ken (la espada): la técnica. Preparación continua, nunca a último momento.
Tai (el cuerpo): hay que estar bien descansado, con la mente afilada.
Un (suerte): siempre un poco de suerte, nunca está de más. Tanto durante el examen, como durante la corrección.
 
Y si aun así uno falla, no importa, no hay que desalentarse, no hay que rendirse. Respirar profundo y realizar una autoevaluación. ¿Qué faltó durante la preparación? ¿Cuál fue la falla? ¿Qué puedo hacer para mejorar? 
 
Por último, si bien la carrera de Ingeniería es un camino si se quiere, "finito", que se sabe dónde está el final, no es así el camino del conocimiento. Lo que uno puede aprender de la profesión que eligió no se termina: “shoshin wasurubekarazu, siempre tener el alma de principiante."
 
Por ello y porque nadie consigue nada “solo”, agradezco a mis padres, a mis compañeros de entrenamiento y en particular a O Sensei, ¡por mantener viva la llama de los samurái modernos!
 
Domo arigato gozaimashita,
Liu
Unidad Caballito – Buenos Aires, Argentina